La pasión de uno no basta
- Jhon Mart

- 25 feb 2018
- 1 Min. de lectura

Como muchas personas inteligentes, y seguramente como tú lo has hecho, Federico se concentraba mucho en su propia pasión. Amaba la literatura y creía que ese amor era suficiente para motivar a los otros.
También ocurre con ideas de negocio, o simplemente con un plan en el que queremos incluir a nuestra pareja, un familiar o un amigo, ya sea un viaje de vacaciones o una inversión conjunta: creemos que nuestra pasión contagiará a los demás por arte de magia.
Pero no es así. Olvidamos algo tan elemental como incluir las pasiones, gustos y necesidades de los demás en nuestros proyectos, y después nos preguntamos por qué otros no se interesan por ellos.
Pregúntate mejor si otro necesita de verdad lo que estás ofreciendo. Si a tu pareja le vendría bien ese viaje a un lugar con abundantes opciones de vida nocturna, o si disfrutaría más en una destinación más tranquila, en la que tú también descansarías y serías feliz.
Hagas lo que hagas, acuérdate de pensar en el otro.






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